COMO CONSEGUIR OPORTUNIDADES EN EPOCA DE CRISIS

Por Miguel Di Cesare (Gerente Cámara de Microempresas de Pergamino)

El espíritu de todo fabricante, comerciante u otra actividad es, en la mayoría de los casos ir siempre por más. Salvo que sea un conformista y se contente con lo que recauda sea mucho o poco.

Pero este no va a ser el caso que vamos a tratar, sino el de casi todos los que aspiramos a seguir creciendo y progresando. Y este va a se el gran desafío en la época de crisis nacional e internacional que ya estamos atravesando, sea por la sequía, las retenciones, el precio internacional de los cereales y oleaginosas, la caída vertiginosa en las exportaciones por que al no exportar los otros países que antes lo hacían a altos índices hoy han reducido drásticamente sus importaciones no solo en granos, también en sus derivados como aceites vegetales y harinas, lo mismo pasa con las automotrices, la confección y otra serie de productos o servicios que por la diferencia de valor peso/dólar se producían en nuestro país.

Ejemplo de ello es la actividad de los call center que desde la Argentina ofrecían productos que se producían, y entregaban en sus países de origen y contrataban los servicios de venta telefónica desde acá por la diferencia de remuneraciones. O la filmación de cortos publicitarios para otras regiones en nuestro país por las mismas razones.

En estas épocas de crisis donde además de la caída en las exportaciones también ha mermado la venta en el mercado interno, sea consecuencia de las exportaciones o por el temor de los argentinos a perder la fuente de trabajo y por eso prefieren guardar su dinero antes de gastarlo o hacer inversiones, es el momento de agudizar el ingenio y cambiar pautas en nuestro trabajo o empresa. Pero, cómo lo logramos?.

Primero hay que evaluar por qué han mermado nuestras ventas o servicios prestados, si fue por las caídas en las exportaciones, el menor flujo del turismo interno o externo, el cambio de relación de nuestra moneda con las de otros países, ya que si ellos han depreciado su moneda nos obliga a nosotros ha hacer lo mismo para no quedar fuera de mercado, el costo de los insumos importados a nuevos valores y, especialmente, si nuestra competencia ya sea interna o externa no está ofreciendo productos iguales o similares a mejores condiciones.

Y llegó la hora de actuar, si lo que nosotros producimos o comercializamos se está quedando busquemos nuevas metas agregándolas a lo que ya hacemos o cambiando parcialmente lo que ya hacíamos.

Así vemos en el rubro alimenticio, por tomar uno al azar, que las grandes cadenas de supermercados e hipermercados ya en la crisis del 200l/2002 colocaron en sus góndolas segundas marcas para tener productos a precios más accesibles a los compradores, sin bajar el precio de venta de los de primera línea.

Ahora el camino parece ser otro ya el público no quiere resignar marcas y entonces los fabricantes han achicado el contenido de los mismos productos. Ejemplo: un pote de mermelada, yogurt, dulce de leche, etc. que lo envasaban por 500 grs. ahora lo hacen en 400 grs., igual pasa con las bebidas. Cuestión de marketing dirían los expertos.

En nuestro país las crisis son cíclicas y con bastante frecuencia, por eso tal vez no le damos la suficiente importancia. Pero los países más estabilizados sean de Europa, Asia o la misma EE.UU. acostumbrados a una estabilidad se enfrentan con una grave problema, miles de casa irán a remate judicial, millones de puestos laborales se perderán, y cientos de miles de inmigrantes que fueron a Europa y EE.UU. a tratar de progresar y enviar dinero a sus familiares deberán regresar a sus países de origen.

Los argentinos, como ya dijimos, estamos acostumbrados a vaivenes permanentes en nuestra economía y hay muchos casos que aplicando ingenio y fuerza de voluntad en su actividad lograron no solo superar las crisis sino crecer en forma inesperada. Como muestra vaya una que conozco muy de cerca.

Un inmigrante italiano que había quedado huérfano de padre siendo un niño, que a los 16 años tuvo que ir al frente de batalla en la Primer Guerra Mundial, salvando su vida milagrosamente, que al obtener la baja en el frente de batalla vuelve a su pueblo para ayudar a sus 8 hermanas mujeres y su madre, a los 15 días es llamado a incorporarse a la conscripción donde estuvo 4 años.

Al obtener la baja definitiva tiene en mente un solo objetivo, emigrar a otro lugar donde no haya guerras, pueda trabajar y desde allí ayudar a su familia radicada en la zona más pobre de Italia. Zarpa de su Sicilia natal el 03/07/1923 arribando al puerto de Buenos Aires 20 días después, desciende del barco que lo había traído junto a un amigo ocasional que conoció ya embarcado.

Aquí lo esperaba un mundo desconocido, sin nadie que lo recibiese, sin saber el idioma, sin traer dinero ni saber qué podía hacer en estas tierras, pero con su afán de prosperar fue superando todos estos obstáculos. Las 2 primeras noches la pasaron acostados en bancos de una plaza cercana y tapándose con diarios, cuando se enteraron que podían hospedarse en el Hotel de los Inmigrantes allí se dirigieron hasta que consiguieron trabajo.

El siciliano primero fue peón de albañil, luego a los pocos días ya era mandadero de una fábrica de bolsas de papel y para ganar más dinero también hacía el turno de sereno del mismo establecimiento, ya a fines de 1923 con los ahorros que pudo juntar y pagando el resto en cuotas mensuales se compró un automóvil para dedicarse a taxista.

Pero la actividad no era tan rentable como imaginaba y aparte de ese trabajo simultáneamente fue conductor de los ómnibus de doble piso que ya por esa época circulaban por las calles de Buenos Aires. Sabía contar que llegó a estar 20 horas seguidas sentado en su taxi sin lograr concretar un solo viaje, ya estaba en 1928 y se avecinaba la Gran Depresión Mundial que estalló en Wall Street.

Fue el 24 de Setiembre de 1928 cuando conjuntamente con otros 3 taxistas como él, y desobedeciendo las leyes y decretos que le daban el monopolio del transporte de pasajeros a compañías de capitales ingleses, se largaron a la aventura de transportar pasajeros de distinta procedencia pero con un mismo destino cobrando $0,10 a cada uno de los 5 ocupantes que podían ascender a estos taxis en lugar de $ 1,00 que tenía establecida la ordenanza municipal. Esta iniciativa tuvo gran aceptación en el público usuario ya que por el mismo precio del viaje en tranvía podía hacerlo en auto y en menor tiempo. O sea se acababa de inventar el “taxi-colectivo” sin modificar en nada los mismos autos que días antes usaban como taxímetros.

Pero a los pocos días y pese a que ya había más de 800 vehículos afectados a este tipo de explotación (La Nación 29/09/1923) el espacio no alcanzaba para transportar a todos los que deseaban viajar, entonces este inmigrante fue a ver un carrocero (fabricante de carros) para que le alargase la parte trasera de su automóvil y en vez de 2 hileras de asientos colocar 3 hileras de asientos algo más reducidos en su tamaño y así poder transportar 8 pasajeros.

Como igual le faltaba espacio lo llevó nuevamente para “estirarlo”, lo hizo serruchar en su parte media y colocándole dos largueros le dio un metro más de longitud y ahora cabían 4 hileras de asientos pudiendo transportar así 11 pasajeros. Ese fue el gran invento, transformar un automóvil en “colectivo”, término que aún se sigue usando pese que ahora son micros, ómnibus u ómnibus de doble piso. Este invento tomó rápidamente alcance nacional e internacional.

Resumiendo: con esta modificación del sistema de trabajo en la faz primera y la reestructuración del tamaño del vehículo en su segunda faz, este inmigrante sin darse cuenta de la magnitud de lo que había encarado cambió parte de la historia del transporte de pasajeros a nivel mundial, sin medios económicos pero sí con ingenio y mucha tenacidad.

Conozco detalladamente esta historia pues ese inmigrante Siciliano fue mi padre (fragmento del libro Angel A. Di Cesare “El Inventor del Colectivo” de mi autoría)

www.taxi-colectivo.blogspot.com