Por Victoria Mariani para la Cámara de Pymes y Microempresas de Pergamino
Un emprendedor es un poco “hobista” en la medida que hace lo que más le gusta, es artesano porque se apasiona con un oficio, es innovador porque está buscando nuevos modos de satisfacer las inquietudes humanas, es comerciante porque reasegura de vender sus creaciones e inventos, es empresario porque crea entidades, insituciones, identidades y marca, le importa acumular capital. Pero es una síntesis nueva, en el sentido de aspirar a hacer historia con sus ofertas en el mundo, a cambiar el modo de vivir, no sólo a “satisfacer necesidades” como manda el marketing antiguo, sino a descubrir las inquietudes más profundas, escondidas y resignadas de los seres humanos y a ellas responder con nuevas ofertas.
Veamos las diferencias entre cada uno de los conceptos:
1).-
Un hobby es una actividad que realiza una persona como afición, sin mayor expectativa que distraerse o divertirse, como una forma alternativa a su trabajo. Un hobby no tiene más cliente que su propio cultor. No busca conseguir recursos ni aportar valor.
2).-
El oficio de artesano es una vocación más seria que un hobby, en el sentido que compromete la identidad de una persona y todas sus aspiraciones laborales y económicas. Normalmente, un artesano aspira a ganarse la vida con su oficio, pero siempre cuidando ser fiel y genuino con su inspiración en la realización de sus creaciones. Su punto en la vida es satisfacer su vocación creadora.
3).-
Un innovador es similar al artesano, en el sentido que se compromete con un oficio por vocación y se apasiona por buscar nuevas alternativas. Es un inventor centralmente, y se satisface en inventar.
4).-
Un comerciante se enfoca a ganarse la vida vendiendo, buscando oportunidades entre lo que necesitan las personas en su entorno y lo que puede conseguir para proveerlo, ganando un diferencial entre lo que le cobra el productor y el precio que aplica a los clientes finales. El comerciante, en general, no se pregunta por su vocación como la pasión creativa, aunque puede ser un apasionado de vender y hacer negocios de oportunidades, manejando la necesidad/escasez de los clientes. Pero tiene la libertad de comerciar lo que considere oportuno y de posibilidad para sí. Tiene, por cierto, más sentido de rentabilidad y acumulación que hobbistas y artesanos.
5).-
Un empresario se enfoca en crear una corporación, una entidad, una marca, un espacio de producción de una oferta continuada y masiva. Bien pude contratar artesanos para crear, innovadores para inventar y comerciantes para vender, pero su inspiración es crear espacios sociales de negocio, de producción, de acumulación de capital (social, simbólico, pragmático y financiero). Ser empresario implica un salto grande existencial en la capacidad de comprometerse con dar continuidad a una identidad, a relaciones de contrato con proveedores, socios, empleados y clientes. Implica tomar riesgo, poner en riesgo el patrimonio, tomar créditos, compromisos, y exponerse a fracasos grandes, quizás totales. La pasión está con la oferta, pero sobre todo con tomar riesgo y acumular capital, en un ciclo interminable, en un mismo negocio o creando otros.
6).-
Un emprendedor es quizás quien mejor sintetiza estas cuatro habilidades y vocaciones anteriores. Un emprendedor sigue una vocación al comprometerse con un ámbito de intereses humanos no satisfecho, el cual lo inspira, le hace investigar y experimentar, tomar riesgos para buscar soluciones o ofertas que sean satisfactorias para las personas. Un empresario todavía puede ser parecido a un comerciante, pero un emprendedor es una persona que crea una empresa, vende, desarrolla un negocio, pero lo hace en la pasión por hacerse cargo de algún interés humano insatisfecho. Fernando Flores en Abrir Nuevos Mundos caracteriza al emprendedor como esa persona que hace historia al traer una oferta original que cambia el modo de vivir, de pensar y de actuar de los clientes, como lo hicieron los automóviles, las computadoras personales, el teléfono móvil, la oferta de desarrollo emocional al interior de la empresa, la comida orgánica, todas ellas llevan el germen de cambiar el modo de vivir y de autocomprenderse a sí mismas a las personas.
Ahora bien, un hobby puede convertirse en un microemprendimiento sin proponérselo en un primer momento? ¿Podemos ver la posibilidad de negocio siendo un artesano?
Aquí les presento algunos ejemplos que responden a estos interrogantes, para que saquen sus propias conclusiones.
“No quiero que pase de ser un hobby”
Para
Juan Carlos Siciliano, el objetivo es que su hobby siga siendo tal: un pasatiempo. Asimismo, actualmente se enfrenta a la controversia propia del crecimiento de su notable actividad.
Juan Carlos realiza originales diseño en Plata 925 o alpaca, teniendo en cuenta las costumbres y usos de prendas que utiliza el paisano de nuestras pampas:
“Lo mio es plateria tradicional. Abarca un amplio abanico de elementos como, cuchillos, facones, rastras y hebillas.” Si bien es un autodidacta, apostó a perfeccionar su técnica en talleres dictados por Hector Comizzi de Ramos Mejia, un reconocido platero.
Realiza sus diseños exclusivos solos por encargue, esto define su mercado y su clientela tan particular. Aunque parezca muy contradictorio, esta forma de encarar su “negocio”, le dio innumerables satisfacciones y enriqueció su anecdotario: “Para mi es apasionante, como nos decia el maestro Hector Comizzi, la plata se deja seducir. En una oportunidad una señorita, me trajo un prendedor que era de su abuela. Me consulto que podia hacer, le propuse fundirlo en el crisol, agregar plata 925 y hacer un yunta para ella. Lo aceptó y lo luce colocado en un cinto de cuero crudo cocido con tiento de potro que yo mismo le confeccione. Lo importante de este trabajo es que ella lo luce con mucho sentimiento porque de alguna manera tiene presente a su abuela que tanto queria.”, nos cuenta sin poder disimular la emoción que este recuerdo le provoca.
Una de las debilidades de encarar de esta forma una actividad, según Siciliano, radica en la falta de tiempo para desarrollarla “ El tiempo del que dispongo es poco, ya que no se trata de mi actividad primaria” Por este motivo, no se decide a dar el salto que le permita crecer, por el temor que representa para él por ejemplo, no poder cumplir con los plazos estipulados con sus clientes.
Según Juan Carlos, la publicidad es muy importante para que los artículos de su creación sean conocidos y admirados (objetivo principal para un artesano), para esto cuenta con la ayuda de su hijo Ramiro Siciliano, quien encaró el diseño una página web con el fin de promocionar la noble actividad de su padre(www.juansiciliano.com.ar), en donde además de exponer las creaciones, les permite contactarse con clientes que están en diferentes puntos del país.
“EmpresArte”
Cuando Verónica A. Fasciani comenzó a dar sus primeros pasos en la vitrofusión, no pensó en el largo camino que iba a recorrer y menos aún, que podría desarrollar una visión empresarial con ello.
Sus comienzos no fueron improvisados, ya que apostó a la capacitación adquiriendo los primeros conocimientos en el Profesorado en Artes Visuales en la Escuela “Emilio Petorutti” de la ciudad de Pergamino, luego la tecnicatura en Artes del Fuego y esta rica experiencia la llevó a su vez a investigar en la vitrofusión. Sus primeros pasos los dio de la mano de la profesora Graciela Gambini, en la ciudad de Rosario y ha seguido perfeccionándose a través de cursos y seminarios con diferentes profesores: Daniela Fabián, Malena Quintar y Paty Serbali, en Capital Federal.
La técnica de la Vitrofusión consiste en la fusión de dos o más vidrios a elevadas temperaturas. Pudiendo así crear diversas formas, con texturas y colores muy interesantes.
Los objetos realizados con esta técnica pueden ser muy variados: desde bijouterie y objetos decorativos, utilitarios (platos, bandejas, floreros, ceniceros, etc.), otros aplicados a la arquitectura (como en el caso de una guarda por ejemplo), a la iluminación hasta la posibilidad de experimentar y crear libremente diversas composiciones artísticas.
Verónica Fasciani transformó su hobby en un interesante emprendimiento, dandole varias facetas. Una comprende la venta de los objetos realizados. Otra buena posibilidad de hacer rentable su hobby la encontró enseñando las técnicas de su arte. Para esto, desarrolló cursos destinados al público en general, cosa que le ayudó a solventar los costos de su actividad en un comienzo.
Según nos comenta Verónica, en los objetos realizados están presentes dos herramientas fundamentales: intuición y sensibilidad. No pueden faltar a la hora de crear. Y si sumamos a esto los conocimientos adquiridos se genera una “alquimia” muy especial.
Muchas veces, los diseños son exclusivamente realizados por encargue, según Fasciani “ Es necesario escuchar atentamente al cliente, luego propongo ideas, sugiero, incorporo cosas nuevas a lo que me dice, y finalmente volvemos a charlar sobre el proyecto, su participación es muy importante y decisiva. Si bien yo hago mis aportes y sugerencias hay un diálogo de por medio, entre lo que quieren, lo que yo pueda aportar y los posibles; lo cuál en general da resultados muy positivos!.”
Uno de los inconvenientes de este emprendimiento radica en que la mayoría de los materiales con los que trabaja no los consigue en la ciudad en la que vive, por ello los debe adquirir en ciudades como Capital o Rosario, aumentando costos y tiempos.
Cómo todo artesano, es una apasionada de su arte, esto sumado a su veta de emprendedora, no le impide reconocer el mercado en el que se maneja “Cada pieza que sale del horno es única y ésta es la magia de la vitrofusión. Por lo tanto las personas que eligen estos productos son aquellos que eligen algo con un toque diferente, personal, único, que gustan de un trabajo artesanal donde se ve la impronta del artista o el artesano que lo realizó” ; nos dice.
Definir cúal es el nicho del mercado, le llevó un tiempo prudencial y para ello comenzó participando en ferias artesanales y de diseño, a modo de experiencia y de “darse a conocer”. Actualmente los objetos que realiza se pueden adquirir en el “Almacén de Arte” de la Galería Lola Mora de Pergamino, o directamente en su taller particular.
Uno de sus principales objetivos radican en su crecimiento como artista y empresaria: “Me gustaría crecer cada vez más en esta disciplina y en otras técnicas relacionadas con el vidrio, para combinarlas con la arquitectura y la decoración. Me parece fantástico poder integrar el arte a la vida cotidiana. Creo que es muy positivo que la gente pueda adquirir un objeto de diseño, una escultura, un cuadro, tanto para el que se lo lleva como para aquél que lo realiza. Es hora de dejar de lado ciertos prejuicios “comer del arte es valorar el arte”. Para esto, ademas de adquirir y desarrollar las técnicas de la vitrofusión, realizó un curso de Gerenciamiento de Microempresas: “Realizar el curso que ofrece la Cámara de Microempresarios me ayudó a analizar este proyecto y me brindó herramientas muy útiles, ya que a veces se presentan diferentes problématicas a resolver en todo emprendimiento. Hay obstáculos tanto internos cómo externos (culturales, sociales, económicos, etc) que uno deberá ir desbloqueando para poder crecer.”
Verónica tiene muy claros sus proyectos o visión de negocio a futuro: “Me gustaría ampliar la cartera de clientes y disponer de un tiempo mayor para dedicarle a esta actividad. Contar con un lugar más céntrico, tratándose de Pergamino, creo podría ayudar a que la gente conozca más lo que hago. Como así también la publicidad, que es una herramienta muy importante hoy en día. Tanto en los medios locales como el hecho de contar con una página web, lo cuál sería interesante para que me conozcan personas de otros lugares por ejemplo.”
Poco a poco este proyecto se va cocinando, como las piezas en el horno. Se va sintiendo ese calorcito que va templando lento cada trozo de vidrio hasta darle forma a una nueva creación.
Secretos de alquimistas, que más…